El origen de este templo parroquial se remonta al momento en que los destinos de la entonces diócesis de Puebla de los Ángeles, eran dirigidos por el obispo y beato Juan de Palafox y Mendoza; fue entre 1640 y 1649, cuando este prelado ocupó la dignidad episcopal angelopolitana, tiempo en el cual pudo visitar gran parte de las parroquias que formaban la diócesis, que en ese momento tenía un territorio vasto, incluyendo nuestro Izúcar que visitó en 1644.
Un aspecto relevante de la gestión de Palafox fue el
proceso de “secularización” de las parroquias; en pocas palabras este proceso
consistió en quitar a los religiosos de las órdenes franciscana, dominica y
agustina, la administración parroquial que tenían hasta entonces. En el caso de
Izúcar, la parroquia estaba a cargo de los padres dominicos quienes habían
llegado a la región por lo menos desde 1533 para evangelizarla.